martes, 25 de enero de 2011

El TBO de Salvat (Javo Rodríguez)


No es habitual que compre ningún tebeo fuera de las tiendas de mis libreros, nunca lo hago en una gran superficie, primero porque no me gusta y segundo (y no menos importante) porque no quiero arriesgarme a sufrir las criticas del joven (Friky) bastardo [ver post del 28 de diciembre], pero si reconozco que, de vez en cuando, compro algún material en kioscos de prensa, una de esas excepciones han sido las primeras entregas de TBO Edición Coleccionista publicado por Salvat.
Son tomos recopilatorios de viejo material de TBO, unas historietas que no suelen ser de gran interés para mi, salvo en el terreno documental, aunque algunos autores me atraigan especialmente, Urda, Benejam y sobre todo el genial Coll. No soy nada original Benejam -familia Ulises a la cabeza- y Coll han sido los grandes reclamos de la colección de Salvat. Por otro lado alguno de los tomos que he leído hasta el momento cuentan con prólogos del siempre bien documentado Antoni Guiralt (¿de donde sacará tiempo este hombre para escribir todo lo que publica?) que siempre aporta algún dato interesante.
Como es sabido este tipo de material se pone a la venta en bolsas de plástico, por lo que tienes que fiarte de las portadas para decidir si te interesa o no y las portadas de las entregas son, como poco, engañosas.

La portada del tomo dedicado a los años 1951-1953 aparece con el título ¡LAS MEJORES PÁGINAS DE BENEJAM Y COLL! e ilustrada con una página del primero. Como ya dije ambos autores me interesan así que compre el tomo pero al desnudarlo de su funda y ojearlo me encuentro que si, hay algunas historietas -no muchas, ni especialmente significativas- de Benejam. ¿Y Coll? Tan solo ¡dos historietas!, pálido reflejo del arte de Coll. Mosqueo gordo y creo que justificado.

Tomo dedicado a los años 1976-1977 con el título ¡CON LOS INVENTOS DE TBO Y ALTAMIRO DE LA CUEVA! acompañado por la ilustración de un "invento" dibujado por Sabates. Sabates no me interesa lo más mínimo pero, por razones que no vienen al caso, Altamiro de la Cueva si. Caigo y lo compro y, al hojearlo el mosqueo se trastoca en cabreo, solo hay una, ¡una historieta de Altamiro!. Curiosamente este tomo contiene el doble de historietas (y mejores) de Coll que el anteriormente comentado. Respecto a los "inventos" otra ¡única! historieta.

Me parece una tomadura de pelo, algo que confirmo cuando me entero que el primer tomo de la colección se ha publicado mutilado como se puede comprobar en el blog Voto a Bríos.
¡Bien por Salvat!

jueves, 20 de enero de 2011

Museo ABC (Javo Rodríguez)

Aunque existen excelentes guionista españoles lo cierto es que en el mundo de las viñetas y la ilustración los dibujantes son valorados en mayor medida, tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras.

Este prestigio del dibujo español no es de ahora -que también- sino que se ha cimentado a lo largo de todo el siglo pasado. Artistas de todos los estilos han creado estupendas obras en carteles e ilustraciones así como en el diseño gráfico, la animación, la creación digital y, como no, en el cómic.

Desde el 17 de noviembre el Museo ABC se ha constituido como un espacio de homenaje a muchos (más de 15000) artistas gráficos. Situado en la calle Amaniel de Madrid, en el edificio que fue la fábrica de cervezas Mahou, el Museo ABC ofrece una magnifica muestra de parte de las 200.000 ilustraciones de su fondo, integrado por las publicaciones del diario ABC, Blanco y Negro, suplemento Gente Menuda...
La exposición titulada Una colección, un iceberg, muestra una pequeña parte de los fondos divididos en cuatro bloques temáticos que abarcan del simbolismo a la Movida madrileña. Las cuatro merecen la pena aunque personalmente me inclinó por la primera de ellas, la más antigua, que ofrece la posibilidad de contemplar dibujos de pioneros de la historieta como Atiza, Salvador Bartolozzi, K-Hito, Mecachis, Apel.les Mestres o Xaudaró, entre otros.
Parte de la exposición se exhibe de forma convencional, con ilustraciones en sus correspondientes vitrinas sobre la pared, pero otra gran parte, por razones de espacio, se exhibe en cajones instalados en grandes bloques rectangulares, al abrirlos los cajones se iluminan y permiten ver una o dos obras cómodamente, un sistema original -al menos yo no lo había visto- incluido dentro del exquisito entorno de las dos salas que albergan la exposición y que se completan con cómodas mesas en las que se puede contemplar el imprescindible (30 euros) catálogo.

Una visita agradable y, sobre todo, la esperanza de futuras exposiciones donde la historieta (Blanco y Negro es un tesoro) esté más presente. Su colaboración con la última edición de Expocomic parece un buen augurio. Si pasáis por Madrid no os lo perdáis, la entrada es gratuita y sólo tomarse un café en su acogedor bar ya merece la pena si andáis callejeando por el centro.